La anfitriona que teníamos en mente es una mujer que mezcla tradición y tendencias, que valora los productos de calidad y disfruta creando una atmósfera distendida donde las conversaciones fluyen y todos se sienten a gusto. Una persona creativa, con buen gusto y carácter único.
El siguiente paso fue plantearnos qué corriente artística representaba mejor a nuestra anfitriona y encontramos la inspiración en los movimientos de vanguardia del siglo XX. La libertad de trazo grueso y desenfadado de las obras del fauvismo, las formas redondeadas, el uso del color sin matizar y los contornos pronunciados marcaron el punto de partida. Así que nos dedicamos a buscar pinturas de la época donde aparecieran vajillas y complementos de mesa para crear la colección Victorina.